viernes, 18 de noviembre de 2011

Cine

Sumergirte en una historia que pone un paréntesis momentáneo a la tuya propia. El cine es un espacio mágico de sueños, imposibles la mayoría de las veces. Ir al cine es un placer. Aunque si el comportamiento de la mayoría sigue empeorando, pronto desaparecerá el concepto de "ir al cine", tal y como hasta ahora lo hemos disfrutado.

Resulta irritante tener que pedir silencio cuando se apagan las luces ( de poco sirven las peticiones educadas del propio local ); ni pensarlo antes, desde luego. Lo normal sería mantener conversaciones con cierta privacidad. Pero no, aquello parece un cuarto de estar: teléfonos móviles, envoltorios, olor de palomitas...hasta bandejas enteras de comida he visto. Además, si se te ocurre siquiera insinuar que desearías un poco más de calma, te miran como si el bicho raro fueras tú.

La falta de respeto por los demás cada vez abarca más ámbitos: desde las conversaciones a grito pelado con los móviles en los autobuses, hasta los cuchicheos de aprobación, o no, de la orquesta en un concierto de música clásica.

El silencio es un lujo.


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