martes, 31 de mayo de 2016

Deberes y horarios

Hace días que los periódicos se hacen eco de una madre que promueve, con multitud de firmas recogidas, la abolición de los deberes escolares. Creo que hay un error de planteamiento, desde mi punto de vista, y voy a explicar por qué.

No se trata de no tener deberes porque el trabajo personal es imprescindible para adquirir conocimientos, sino de estructurar el aprendizaje de otra manera.
Las clases no deberían ser de más de tres cuartos de hora. Está comprobado que la curva de atención desciende en picado a partir de los treinta y cinco minutos. Y las clases sólo deberían impartirse por la mañana, de tal manera que el horario  de tres a cinco debería dedicarse a estudio- trabajo personal, deberes, proyectos-  un hábito, en definitiva, que reforzaría el esfuerzo personal que se adquiriría rápidamente desde la infancia: el aprendizaje no es sólo asistir a clase. Por supuesto, con profesores de apoyo en ese horario de estudio. El alumnado ganaría en responsabilidad y en tiempo libre después del horario escolar. No me invento nada . Se hace desde hace mucho tiempo en buenos colegios ingleses y alemanes. ¿Por qué no copiar algo que funciona?

Todo esto está ligado , aunque en principio parezcan dos temas distintos, a los horarios laborales y a la conciliación familiar. ¿Cómo es posible que sea frecuente que teniendo que acabar,  por ejemplo, a las 5 tu jornada laboral, te planten una reunión a las 4,30, sabiendo de antemano que va a durar más de dos horas? Y pobre de aquel que proteste...yo he oído a algún jefe de empresa decir que el que no esté dispuesto a quedarse  hasta las tantas no tiene nada que hacer para mejorar su posición. Eso después de dos horas dedicadas a comida, café , copa y puro...

Hay que acabar con este disparate y empezar a crear la conciencia de que si el horario laboral es de 8 a 5, con una hora máximo para comer, el que no sale a esa hora es porque ha perdido el tiempo el resto del día, o que su carga de trabajo es inadecuada y el que planifica tendrá que distribuirla mejor. Más horas no significan más productividad, sino menos eficacia. En la escuela , también. 

Todo empieza con una buena planificación escolar responsable. Eso hará que al menos las futuras generaciones no soporten con cierta indiferencia o resignación unos horarios laborales que parecen hechos por alguien que no desea estar mucho tiempo en su casa.