martes, 20 de junio de 2017

Campos

Ya no hay amapolas ni flores amarillas en los bordes de los caminos. Los pocos dientes de león que se atreven a salir están pálidos, cenicientos, agotados. 
En los campos, la siega ya está hecha y las pacas, como abandonadas al azar por mano caprichosa, dibujan un paisaje más propio de agosto que de ahora.
Sólo resisten los cañaverales, algún pequeño maizal y los girasoles, menguados por falta de agua, pero brillantes, relucientes y bellísimos al sol, implacable.
Los olivos, casi grises y los álamos, blancos, las hojas aleteando con la escasa brisa del atardecer.
Junio abrasador.

lunes, 12 de junio de 2017

Límites

Todo tiene un límite. Todo el mundo puede pensar y expresarse como quiera, que para eso vivimos en una democracia occidental, aunque algunos quieran decir que estamos en un estado totalitario y opresor. Me refiero a España. Gracias a que so no es verdad, algunos pueden decir esas mentiras y no pasa nada. 

Pero ya está bien de esforzarse en intentar insultar y difamar a los demás. Hay que decirlo bien alto y bien claro: los nacionalismos son retrógrados y xenófobos. Sólo hay que oír al presidente de la Generalitat catalana hablar de "aquesta gent" , refiriéndose al resto de los españoles y su gobierno, que, aunque nos guste o no, salió de unas urnas legítimas, para ver el desprecio con que habla desde su pretendido pedestal de superioridad.

La ley es la única garantía de un estado de derecho. ¿Hay que cambiarla? Pues hágase con todos los españoles que para eso somos el sujeto de la soberanía nacional. El resto es golpismo, les guste o no. 

sábado, 10 de junio de 2017

Tiempo de silencios

Meses silenciosos. Muchas vivencias. Ahora, rememorar, asimilar, revivir.

Primero, Murcia, desconocida hasta entonces, en febrero, pero con clima de mayo. Descubrimiento de lugares con paisaje lunar y otras, africano. Aprovechamiento del agua gota a gota, el mayor tesoro, que hace brotar unos limoneros en hilera, repletos de frutos, como un milagro de luz y color, bellísimos. Y las buenas gentes del campo que, al pedirles uno para impregnarte de su olor, te ofrecen un cesto lleno de ellos. Qué injusticia de precios para los que se sacrifican día a día, mientras otros se enriquecen con su sudor.

Marzo, Inglaterra, ya casi como una rutina, pero nunca igual. Cambridge, poderosa, etérea, como sus torres de piedra. El mercado, con su sabio del té y todas sus variedades. La campiña empezando a florecer, con todos los matices del verde. Este año se ha adelantado también aquí el calor. Visita a Peterborough. Las catedrales anglicanas, bellas y frías, aunque esta con grandes estufas en las naves laterales; no es frío físico el que transmiten. La tumba de Catalina, la reina española, primera  mujer de Enrique VIII, desterrada, pero no olvidada: la lápida nueva la pagaron por suscripción popular y en ella , además del precioso pendón español, romero y granadas frescas.

Y al fin, Salamanca. Maravillosa. Recorrer sus calles, plazas, catedrales, universidad...qué recuerdos y cuánta belleza. La vista desde el otro lado del río Tormes de la ciudad iluminada sigue siendo sobrecogedora e imprescindible. Amigos, risas y tiempo parado en el tiempo.

Ahora toca volver a las veredas amarillas del pequeño camposanto.