Un día sí y otro
también: las mismas noticias de corrupción que nos ahogan y nos avergüenzan.
Desde cualquier partido político, desde casi cualquier posición social, aquí
parece que prima la idea de "tonto el último", y de que son unos
simples quienes no se aprovechan porque " o no saben o no pueden".Esto se ha convertido en el puerto de Arrebatacapas.
No puede ser...No
puede ser que sobre todo en los países del Sur- y qué mal me produce escribir
esto- , el robo de lo público sea tan frecuente. Tenemos que sacar nuestras
vergüenzas a la luz de una vez. Solo así podrá regenerarse la confianza en lo
público. Y hay que empezar por las familias y las escuelas en serio, porque el
que empieza robando una horquilla puede acabar robándonos a todos.
Se compara la
situación, a veces, medio en broma, aludiendo a la tradición picaresca. Pero
los pícaros literarios siempre acaban en la máxima deshonra, hasta Lazarillo,
aunque sea una víctima.
No puede haber
contemplación alguna. Y no vale el "todos son iguales, es imposible
hacerlo, es la condición humana"...;eso sólo es una coartada para que las
cosas no cambien. Sí se puede cambiar , aislando a los corruptos, y entre todos
tenemos que hacerlo.