jueves, 25 de abril de 2019

Extremadura

El sur de Extremadura está lleno de dehesas pobladas de encinas y ahora, en primavera, de jara, romero, lavandín, retama, amapolas, hinojo y relucientes hileras de viñedos que alternan con olivos en una tierra roja, brillante, esplendorosa, ¡qué belleza!

El recorrido no puede ser más alentador: Zafra, Jerez de los Caballeros, el Monasterio de Tentudía, El Monasterio del Ara, las ruinas romanas de Regina o las de Contributa Iulia, las clarisas de Llerena , con su inesperado y bello museo, además de sus dulces...

Cuántos descubrimientos, porque sí, todo el mundo ha oído hablar, al menos, del valor de Cáceres, de Mérida, de Guadalupe, de Trujillo...pero cuánto aún por descubrir, con lentitud, hablando con sus gentes de la despoblación que sufren, de cómo sus hijos se están yendo a las capitales o al extranjero, de sus problemas de comunicación con el resto de España, sobre todo del eje ferroviario, tan olvidado.

La sencilla buena gente hospitalaria que merece algo más que ser recordada por su magnífica comida: los quesos, el jamón, las migas o los dulces de Belén. 

La España olvidada.