viernes, 23 de enero de 2015

Trampa

Voy en un autobús no demasiado lleno que permite observar sin parecer demasiado descarada.
Un niño de siete u ocho meses no para de intentar levantarse del regazo de su madre que, ajena a todo lo que le rodea, juega y gorjea con el pequeño como si no hubiese nada ni nadie más en el mundo.
¡Cuánto cuesta criar a un hijo! Horas interminables sobre todo de sueño, cansancio, monotonía de horas de parques...Luego, preocupaciones, enfermedades, compañías...
Maravillosa trampa de la naturaleza para perpetuarse. Hace que cada madre se sienta única y olvide en una nube de endorfinas.