viernes, 11 de noviembre de 2016

Mirando hacia atrás

La primera vez que vine a Cataluña fue en 1972. A partir de 1976 me quedé aquí.

La impresión inicial fue que me habían engañado: el catalán no era una lengua medio muerta que sólo se hablaba en algunas casas. Lo pude comprobar en los pueblos de Gerona sobre todo.La segunda, que estaba en una región mucho más rica y desarrollada que el resto de España. Las infraestructuras, los servicios, las comunicaciones, todo. La diferencia era abismal si comparábamos muchos pueblos castellanos o leoneses , aún de adobe en su mayoría, con los que aquí veíamos. No me extrañaba, pues, que aun viviendo en colmenas de casas como cajas de cerillas como las de la periferia de Barcelona, pueblos enteros se trasplantaran en bloque buscando un futuro mejor y sus habitantes nada quisieran saber de sus pueblos de origen a los que volvían de vacaciones, orgullosos de su nueva vida. Mientras, la oligarquía que pactó con Franco se enriquecía.

Todo empezó a cambiar a mediados de los años 80, cuando unas políticas más distributivas mejoraron ostensiblemente las zonas de España más desfavorecidas. Poco a poco y, en parte con cierto disgusto,cuando los catalanes viajaban a otras regiones se sorprendían y así lo comentaban, porque siempre se sintieron la vanguardia de España y lo eran además.

Cuando el nacionalismo que, desde mi punto de vista, empezó a exacerbar los ánimos de una sociedad hasta entonces pacífica, todo cambió. Aunque no nos engañemos, idílico antes tampoco era, casi nadie que no fuera de la "crosta"( familias dirigentes catalanas ) podía acceder a puestos relevantes, con mínimas excepciones ,como no,  los  conversos, tontos útiles, que darían un diente por apellidarse Font o Geli, por ejemplo, en lugar de cualquier otro apellido "castellano". Porque aquí todo lo que no es catalán es "castellano". No hay diferencias, ni otras comunidades históricas que valgan. Siempre te preguntan de dónde eres, lo primero. Y las discusiones entre "nosotros solos", siempre xenófobas, aunque lo disimulen, y mejor compartir, redistribuir y mejorar las condiciones de todos han llegado a los amigos, las familias y la sociedad en general.

Me apena esta situación. Con el franquismo la oligarquía  pactista ignoraba y sometía a los demás. Ahora, como dijo Millet, el del Palau, sin ningún pudor, "aquí somos 400 familias que nos lo arreglamos todo",( por supuesto, de la "crosta"), y que ahora ven una oportunidad, engañando al pueblo y prometiendo felicidad y hasta helados para todos los domingos (desgraciadamente esta tontería la he visto impresa), de seguir manipulando y sobre todo mandando. 

Y siempre son los mismos... 

domingo, 30 de octubre de 2016

Insisto

Insisto. Desde mi punto de vista, no se puede ser socialista y nacionalista a la vez. El socialismo, la socialdemocracia, persigue, aunque sea en teoría a veces, el bienestar común, universal, de todos. El nacionalismo , en cambio, circunscribe cualquier circunstancia a la pertenencia a un pueblo, nación o etnia determinada. Es excluyente, aunque lo quiera disimular. Jugar a dos barajas, eso llevan haciendo los socialistas en Cataluña hace tiempo. Y así les va. 

domingo, 21 de agosto de 2016

Respeto

Respeto por las normas, las que sean, mientras no se cambien. Es imprescindible para una mediana convivencia, pero cada vez hay más desprecio incluso por la buena educación.

Buena educación es recoger las cacas de su perro y no mirar a izquierda y derecha, a ver si no me ve nadie, y me escaqueo.

Buena educación es que te traten  con respeto en cualquier bar y no como si estuvieran haciéndote un favor, que cualquiera se cree que puede ser un buen camarero. Y no es cierto.

Buena educación es no poner la toalla en la playa a dos centímetros de la tuya y hacerse el loco mientras lo hace,en vez de pedir permiso, si es que va con niños pequeños , por ejemplo, y no tiene más remedio.

Buena educación es no pasar con el coche a cualquier hora del día o de la noche con la radio puesta a todo volumen haciendo el hortera y molestando a los demás.

Buena educación es respetar la ortografía y la dicción en televisión y no poner "calló", por "cayó", decir "Benasqüe", por "Benasque", "correbus" por correbous", "la ribeira sacrá" por la "ribeira sacra"...y así una detrás de otra y cada vez con más frecuencia y desprecio por el patrimonio común que es la lengua.

"Cosas veredes"...que decían los clásicos...

martes, 31 de mayo de 2016

Deberes y horarios

Hace días que los periódicos se hacen eco de una madre que promueve, con multitud de firmas recogidas, la abolición de los deberes escolares. Creo que hay un error de planteamiento, desde mi punto de vista, y voy a explicar por qué.

No se trata de no tener deberes porque el trabajo personal es imprescindible para adquirir conocimientos, sino de estructurar el aprendizaje de otra manera.
Las clases no deberían ser de más de tres cuartos de hora. Está comprobado que la curva de atención desciende en picado a partir de los treinta y cinco minutos. Y las clases sólo deberían impartirse por la mañana, de tal manera que el horario  de tres a cinco debería dedicarse a estudio- trabajo personal, deberes, proyectos-  un hábito, en definitiva, que reforzaría el esfuerzo personal que se adquiriría rápidamente desde la infancia: el aprendizaje no es sólo asistir a clase. Por supuesto, con profesores de apoyo en ese horario de estudio. El alumnado ganaría en responsabilidad y en tiempo libre después del horario escolar. No me invento nada . Se hace desde hace mucho tiempo en buenos colegios ingleses y alemanes. ¿Por qué no copiar algo que funciona?

Todo esto está ligado , aunque en principio parezcan dos temas distintos, a los horarios laborales y a la conciliación familiar. ¿Cómo es posible que sea frecuente que teniendo que acabar,  por ejemplo, a las 5 tu jornada laboral, te planten una reunión a las 4,30, sabiendo de antemano que va a durar más de dos horas? Y pobre de aquel que proteste...yo he oído a algún jefe de empresa decir que el que no esté dispuesto a quedarse  hasta las tantas no tiene nada que hacer para mejorar su posición. Eso después de dos horas dedicadas a comida, café , copa y puro...

Hay que acabar con este disparate y empezar a crear la conciencia de que si el horario laboral es de 8 a 5, con una hora máximo para comer, el que no sale a esa hora es porque ha perdido el tiempo el resto del día, o que su carga de trabajo es inadecuada y el que planifica tendrá que distribuirla mejor. Más horas no significan más productividad, sino menos eficacia. En la escuela , también. 

Todo empieza con una buena planificación escolar responsable. Eso hará que al menos las futuras generaciones no soporten con cierta indiferencia o resignación unos horarios laborales que parecen hechos por alguien que no desea estar mucho tiempo en su casa. 

miércoles, 20 de abril de 2016

Valentín

Valentín es un mendigo borracho y lúcido que va a desayunar los miércoles, de vez en cuando, a uno de tantos sitios que dan por caridad alimento y compañía. De padre ruso y madre polaca, juega al ajedrez mejor que nadie ; le gusta ganar pero también enseñar al que no sabe. Es un espíritu libre y aunque parezca que no se entera de nada y viva en su mundo, es capaz de decirte: ¿ qué te pasa hoy?, ¿ por qué estás triste? Él a ti, cuando , en teoría , tendría que ser al revés. Y entonces te aconseja que no vale la pena preocuparse por nada , o casi nada, él que nada tiene, que vive en la calle. Me conmueve. Qué lección.

sábado, 5 de marzo de 2016

La reina


Siempre perfecta...pero siempre envarada, artificial, con los brazos poco naturales,  hacia atrás, para tener la espalda recta, tiesa,  como si se hubiese tragado una escoba, como una muñeca de porcelana distante. Parece no permitirse un descuido, por pequeño que sea, obsesivamente. Es guapa, o a mí me lo parece, aunque me gustaba más antes, cuando salía en el Telediarío, sin tanto retoque, más humana. Alguien debería ayudarla a que no tuviera tanto miedo a no ser perfecta, a quitarle la ansiedad.