sábado, 10 de junio de 2017

Tiempo de silencios

Meses silenciosos. Muchas vivencias. Ahora, rememorar, asimilar, revivir.

Primero, Murcia, desconocida hasta entonces, en febrero, pero con clima de mayo. Descubrimiento de lugares con paisaje lunar y otras, africano. Aprovechamiento del agua gota a gota, el mayor tesoro, que hace brotar unos limoneros en hilera, repletos de frutos, como un milagro de luz y color, bellísimos. Y las buenas gentes del campo que, al pedirles uno para impregnarte de su olor, te ofrecen un cesto lleno de ellos. Qué injusticia de precios para los que se sacrifican día a día, mientras otros se enriquecen con su sudor.

Marzo, Inglaterra, ya casi como una rutina, pero nunca igual. Cambridge, poderosa, etérea, como sus torres de piedra. El mercado, con su sabio del té y todas sus variedades. La campiña empezando a florecer, con todos los matices del verde. Este año se ha adelantado también aquí el calor. Visita a Peterborough. Las catedrales anglicanas, bellas y frías, aunque esta con grandes estufas en las naves laterales; no es frío físico el que transmiten. La tumba de Catalina, la reina española, primera  mujer de Enrique VIII, desterrada, pero no olvidada: la lápida nueva la pagaron por suscripción popular y en ella , además del precioso pendón español, romero y granadas frescas.

Y al fin, Salamanca. Maravillosa. Recorrer sus calles, plazas, catedrales, universidad...qué recuerdos y cuánta belleza. La vista desde el otro lado del río Tormes de la ciudad iluminada sigue siendo sobrecogedora e imprescindible. Amigos, risas y tiempo parado en el tiempo.

Ahora toca volver a las veredas amarillas del pequeño camposanto.


No hay comentarios:

Publicar un comentario