miércoles, 12 de diciembre de 2012

El trabajo es un castigo divino

Algunos trabajos son muy penosos, como la mina o el mar; otros, muy rutinarios y tediosos. Pocas personas trabajan en aquello que les gusta. Son unos privilegiados porque el trabajo les proporciona, además, satisfacción personal. Y eso es extraordinario. Pero por encima de todo, el trabajo es un medio para conseguir la independencia económica, que es la única que de verdad nos hace independientes.
Mucho ha costado la equiparación del trabajo masculino y femenino y solo se ha conseguido , a medias, y desde luego solo en parte del " primer mundo".
Qué trabajo educar a nuestros adolescentes en la igualdad de oportunidades, en denunciar el techo de cristal de las empresas, en la justicia en el hogar...para que ahora vuelvan esas "barbies" recauchutadas, cuyo trabajo fundamental es mirar con arrobo al financiero o deportista de turno.
Otra vez la mujer florero.

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