jueves, 1 de noviembre de 2012

León


La primera vez que vi Barcelona desde la atalaya del Mirablau me pareció una ciudad inacabada, sin terminar. Mis ojos estaban acostumbrados a los tejados rojos y buscaban "el final" de las casas que no encontraba por ninguna parte. Me faltaba algo.

Cada vez que vuelvo a León observo los tejados que coronan sus casas, rojos de tejas o de pizarra algunos.

Los árboles, sobre todo los chopos, están ya amarillos, dorados, ocres, rojizos. El otoño avanza aquí más deprisa.

La Catedral, esplendorosa; la torre del Gallo de San Isidoro, reluciente; Botines, la calle Ancha, San Marcos...

¡Los castaños de Indias de mi infancia, en el parque de San Francisco! ¡Qué jardín norteño tan hermoso!

Palabras, paisajes, olores y sabores que vuelven y me llenan de nostalgia de tiempos pasados.

1 comentario:

  1. Aunque sean "verduras de las eras" los recuerdos confortan.
    También me gustan los tejados.

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