viernes, 18 de mayo de 2012

Incertidumbre

Como el tiempo de primavera, inestable, las noticias de las últimas semanas, casi todas, apuntan a lo mismo: Europa está en quiebra, Europa se hunde. De la noche a la mañana…como una matraca de penitente.
Los comentarios sobre economía copan no sólo las noticias, sino también las tertulias; también las conversaciones privadas de amigos. El vocabulario de los economistas, exclusivo en otros tiempos de pocos, hoy se oye en bares y cafeterías como si fuera el parloteo sobre la última película recomendable.
No existe nada más; o eso parece,  o eso quieren que creamos.
 Este modelo que tenemos de usar y tirar continuamente para poder mantener el tipo de vida que llevamos no tiene sentido. ¿Es necesaria ropa nueva cada temporada o coche nuevo cada dos años? Este es el estereotipo que se vendía para mantener un   sistema que exige producir y consumir en una rueda continua de insatisfacción permanente.
Control de gasto, control de gasto…Sí, pero con un concepto de vida diferente, no como si tuviéramos que “renunciar” a algo, sino  aprender otra manera de vivir, cuyo objetivo no sea la posesión de más y más.
Y el gasto público, escrupulosamente controlado; el de la monarquía también, por supuesto, no esa excepcionalidad que se han sacado de la manga ahora nuestros políticos

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