
viernes, 26 de julio de 2013
viernes, 21 de junio de 2013
Atardecer
Cae la tarde,
plácida, sobre la llanura del Ampurdán. El Montgrí se estira, abre sus alas
protectoras de tótem. Los olivos bailan
hoy con el leve viento del Sur y
los cipreses que protegen los cultivos engordan al sol. Aparecen las primeras
pacas desparramadas en las eras y los manzanos crecen día a día con la bonanza
tan esperada. El mar, en calma. El cielo, rojo, rosa, verdoso, azul, blanco; al
final, casi malva. Las golondrinas -¡qué bien vuelan!- no paran. ¡Qué
escandalosas las descaradas gaviotas!
El relente
me devuelve a la realidad.
Todavía hay que
esperar un buen rato para poder contemplar la noche estrellada.
lunes, 10 de junio de 2013
Dar
Dar sin esperar nada
a cambio; bueno, o esperar cariño, nunca agradecimiento, reconforta a quien lo
hace. Pero...-siempre hay algún “pero”- muchas veces te encuentras con quien
piensa que das porque no te das cuenta de lo que haces o no
eres consciente de lo que hace el que se aprovecha de tu buena fe. Y
sale el “listillo” de turno, que en lugar de pensar que tú eres bueno, piensa
que eres tonto. Y al final, cuando te hartas de hacer el panoli, y de lanzar
indirectas para ver si el otro se da por aludido, cosa que sortea con habilidad,
quien se siente mal eres tú, porque dejas de hacer lo que para el “listillo” es casi una obligación.
Vida perra ésta en
la que parece que siempre tienes que ir recordando lo obvio.
miércoles, 22 de mayo de 2013
Carranza
Desde el mirador de
las cuevas de Pozalagua se ve el valle de Carranza en todo su esplendor, con la
sierra de Sia al fondo, aún nevada, en esta primavera más fría de lo habitual.
El “bocage” con los prados separados por cancillas de madera, los rebollares,
los avellanos, hayedos, eucaliptos, el río Asón y las vacas, algunas todavía
pintas, autóctonas, las menos, las ovejas grandes, más que las castellanas, de
cabeza negra, parecidas a las irlandesas, quizá de la misma raza. Verde y más
verde en todos sus matices. No hay aquí amapolas en los caminos y las gentes
del lugar, en los pequeños pueblos, prefieren adornar sus casas con calas blancas
o con la elegante bola de nieve, que crece con facilidad. Sólo los brotes nuevos
de los jóvenes eucaliptos, rojizos, ponen alguna nota colorida, o de vez en
cuando algún pequeño arbusto amarillo. Los árboles inmensos del norte.
A pocos quilómetros,
el Cantábrico, espléndido. También aquí
el verde llega desde sus colinas casi hasta el agua. El mar aquí se oye siempre
y la arena compacta y mojada de sus playas bañadas por las olas de la pleamar
me trae recuerdos de infancia
domingo, 21 de abril de 2013
Mallorca
El mar inmenso; las
nubes, burbujas de azúcar blanco y, de pronto, Formentor, las bahías de
Pollença y Alcudia, como un milagro desde el aire: grandioso.
La temperatura suave,
la gente, el paisaje son amables. La lengua, al principio con dificultad; poco
a poco, reconociendo las variantes de pronunciación.
¡Qué rica la comida!
Y qué belleza el casco antiguo de Palma, de noche, sin gente, iluminada la
Catedral, la Almudaina, las callejuelas de palacios con aleros imponentes. Y el bullicio del
Borne.
Por casualidad, al ir a visitarla por dentro, asistimos en la
Catedral a una misa de las de antes, de incienso e hisopo, que me hizo recordar
las de mi infancia, con mis abuelos, medio mareada de hambre, cuya compensación
estaba al final, en los trocitos de pan delicioso que ofrecía cada domingo una
familia en una cesta adornada con un paño blanco almidonado, impoluto.
El milagro de la
Catedral es la luz que se cuela por el rosetón y va recorriendo la nave
central, como algo mágico, entre los cánticos en latín.
Almendros, naranjos,
limoneros…por todas partes. El color del mar, azul turquesa, casi imposible: en
Sant Elm , en Deià o en sa Coma.
Rojo, amarillo,
blanco, lila: las flores de los caminos, tantas, tan frescas, como plantadas a
propósito y no silvestres. Reventando la primavera.
Y la vista
panorámica de Cura, con el tiempo parado en su huerto franciscano de lirios
silvestres y acanto vicioso.
sábado, 20 de abril de 2013
Cámara lenta
Hay un momento de la
vida en que empiezas a lo que yo llamo “recoger frutos” de lo que has sembrado.
Si las cosas te han ido medianamente bien, si no se han torcido del todo,
puedes volver a tomar un café, ir al cine o hacer un viajecito a cámara lenta.
No es que no hayas hecho todo eso hasta ahora, sino que ahora y después de un
tiempo siempre con prisas, atrapado en las urgencias de la vida, lo haces con
conciencia de que esa nadería es un privilegio y lo disfrutas como estrenando
otra vez las cosas, con ojos nuevos.
martes, 9 de abril de 2013
Entrega
Nada hay que consuele tanto como la mirada de un niño que te quiere.
La entrega sin reservas, la confianza absoluta: no hay nada escondido detrás de esos ojos que te miran desde lo más profundo de su ser y que taladran los tuyos y tus sentimientos. Todo lo puedes para ellos. Sin reservas, eres su refugio , su castillo. Con el tacto tibio y mórbido de sus manitas te entregan su ser por completo.
Y tú solo piensas : ¡Qué bendición!...¿Hasta cuándo?
La entrega sin reservas, la confianza absoluta: no hay nada escondido detrás de esos ojos que te miran desde lo más profundo de su ser y que taladran los tuyos y tus sentimientos. Todo lo puedes para ellos. Sin reservas, eres su refugio , su castillo. Con el tacto tibio y mórbido de sus manitas te entregan su ser por completo.
Y tú solo piensas : ¡Qué bendición!...¿Hasta cuándo?
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