Desde el mirador de
las cuevas de Pozalagua se ve el valle de Carranza en todo su esplendor, con la
sierra de Sia al fondo, aún nevada, en esta primavera más fría de lo habitual.
El “bocage” con los prados separados por cancillas de madera, los rebollares,
los avellanos, hayedos, eucaliptos, el río Asón y las vacas, algunas todavía
pintas, autóctonas, las menos, las ovejas grandes, más que las castellanas, de
cabeza negra, parecidas a las irlandesas, quizá de la misma raza. Verde y más
verde en todos sus matices. No hay aquí amapolas en los caminos y las gentes
del lugar, en los pequeños pueblos, prefieren adornar sus casas con calas blancas
o con la elegante bola de nieve, que crece con facilidad. Sólo los brotes nuevos
de los jóvenes eucaliptos, rojizos, ponen alguna nota colorida, o de vez en
cuando algún pequeño arbusto amarillo. Los árboles inmensos del norte.
A pocos quilómetros,
el Cantábrico, espléndido. También aquí
el verde llega desde sus colinas casi hasta el agua. El mar aquí se oye siempre
y la arena compacta y mojada de sus playas bañadas por las olas de la pleamar
me trae recuerdos de infancia

miércoles, 22 de mayo de 2013
domingo, 21 de abril de 2013
Mallorca
El mar inmenso; las
nubes, burbujas de azúcar blanco y, de pronto, Formentor, las bahías de
Pollença y Alcudia, como un milagro desde el aire: grandioso.
La temperatura suave,
la gente, el paisaje son amables. La lengua, al principio con dificultad; poco
a poco, reconociendo las variantes de pronunciación.
¡Qué rica la comida!
Y qué belleza el casco antiguo de Palma, de noche, sin gente, iluminada la
Catedral, la Almudaina, las callejuelas de palacios con aleros imponentes. Y el bullicio del
Borne.
Por casualidad, al ir a visitarla por dentro, asistimos en la
Catedral a una misa de las de antes, de incienso e hisopo, que me hizo recordar
las de mi infancia, con mis abuelos, medio mareada de hambre, cuya compensación
estaba al final, en los trocitos de pan delicioso que ofrecía cada domingo una
familia en una cesta adornada con un paño blanco almidonado, impoluto.
El milagro de la
Catedral es la luz que se cuela por el rosetón y va recorriendo la nave
central, como algo mágico, entre los cánticos en latín.
Almendros, naranjos,
limoneros…por todas partes. El color del mar, azul turquesa, casi imposible: en
Sant Elm , en Deià o en sa Coma.
Rojo, amarillo,
blanco, lila: las flores de los caminos, tantas, tan frescas, como plantadas a
propósito y no silvestres. Reventando la primavera.
Y la vista
panorámica de Cura, con el tiempo parado en su huerto franciscano de lirios
silvestres y acanto vicioso.
sábado, 20 de abril de 2013
Cámara lenta
Hay un momento de la
vida en que empiezas a lo que yo llamo “recoger frutos” de lo que has sembrado.
Si las cosas te han ido medianamente bien, si no se han torcido del todo,
puedes volver a tomar un café, ir al cine o hacer un viajecito a cámara lenta.
No es que no hayas hecho todo eso hasta ahora, sino que ahora y después de un
tiempo siempre con prisas, atrapado en las urgencias de la vida, lo haces con
conciencia de que esa nadería es un privilegio y lo disfrutas como estrenando
otra vez las cosas, con ojos nuevos.
martes, 9 de abril de 2013
Entrega
Nada hay que consuele tanto como la mirada de un niño que te quiere.
La entrega sin reservas, la confianza absoluta: no hay nada escondido detrás de esos ojos que te miran desde lo más profundo de su ser y que taladran los tuyos y tus sentimientos. Todo lo puedes para ellos. Sin reservas, eres su refugio , su castillo. Con el tacto tibio y mórbido de sus manitas te entregan su ser por completo.
Y tú solo piensas : ¡Qué bendición!...¿Hasta cuándo?
La entrega sin reservas, la confianza absoluta: no hay nada escondido detrás de esos ojos que te miran desde lo más profundo de su ser y que taladran los tuyos y tus sentimientos. Todo lo puedes para ellos. Sin reservas, eres su refugio , su castillo. Con el tacto tibio y mórbido de sus manitas te entregan su ser por completo.
Y tú solo piensas : ¡Qué bendición!...¿Hasta cuándo?
martes, 19 de marzo de 2013
Primavera
Tarda en llegar este
año. Es verdad que ya se ven brotes tímidos en algunos árboles y que en el césped
empiezan a menudear pequeñas margaritas silvestres, pero las mimosas llevan más
de mes de retraso, los pájaros apenas cantan, los ciclámenes siguen espléndidos,
como en enero, y el mar tiene aún el
color verdoso del invierno. Al fondo, el Canigó, lleno de nieve. Este año hay
mucha nieve todavía en la montaña.
En la pequeña playa,
los cormoranes pescan a su antojo y las gaviotas se dejan llevar por el suave
balanceo.
Sólo a mediodía apetece estar al sol,
entibiando los huesos del invierno.
sábado, 2 de marzo de 2013
Desmontando tópicos
Cuando oigo decir a
alguien “esa mujer ha elegido quedarse en casa y ser ama de casa”…
¿Ama de casa? ¿No
habíamos quedado en que la casa la compartían los dos componentes de la pareja?
¿Y que era justo que fuera así? ¿Qué es eso de “ama de casa”? ¿No hay amo de
casa?
No es lo mismo que
una mujer se quede en casa porque no tiene trabajo y entonces se ocupe de los quehaceres diarios
mientras su pareja está trabajando fuera, que la mujer que “elige” quedarse en
casa. Hay mucha diferencia en esto, dependiendo de la situación económica de la
pareja .En una situación precaria, no hay elección posible. En una situación
acomodada, con una o dos sirvientas, que te quitan el trabajo, la mujer que “renuncia”
a ejercer una profesión para la que se ha estado preparando durante unos
cuantos años parece que se ha estado preparando para…florero.
Por desgracia,
todavía hay muchas mujeres que trabajan fuera de casa y dentro no tienen
ninguna ayuda de su pareja. Esa sí que es una situación injusta y
discriminatoria, frente a las perlas que se pasean del gimnasio al café y que
no aguantan a sus hijos más de una hora.
Todo eso cuando
leemos en la prensa que las mujeres siguen cobrando por el mismo trabajo que
hacen los hombres un 20% menos.
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