martes, 12 de febrero de 2013

Acuso


Leo, con horror, el caso de la niña de cinco años, musulmana, asesinada y vejada por su propio padre, por sospechar que no era virgen.

La comunidad internacional no puede mirar hacia otro lado. Es repugnante.

¡Justicia !

viernes, 18 de enero de 2013

El puerto de Arrebatacapas

 
Un día sí y otro también: las mismas noticias de corrupción que nos ahogan y nos avergüenzan. Desde cualquier partido político, desde casi cualquier posición social, aquí parece que prima la idea de "tonto el último", y de que son unos simples quienes no se aprovechan porque " o no saben o no pueden".Esto se ha convertido en el puerto de Arrebatacapas.
No puede ser...No puede ser que sobre todo en los países del Sur- y qué mal me produce escribir esto- , el robo de lo público sea tan frecuente. Tenemos que sacar nuestras vergüenzas a la luz de una vez. Solo así podrá regenerarse la confianza en lo público. Y hay que empezar por las familias y las escuelas en serio, porque el que empieza robando una horquilla puede acabar robándonos a todos.
Se compara la situación, a veces, medio en broma, aludiendo a la tradición picaresca. Pero los pícaros literarios siempre acaban en la máxima deshonra, hasta Lazarillo, aunque sea una víctima.
No puede haber contemplación alguna. Y no vale el "todos son iguales, es imposible hacerlo, es la condición humana"...;eso sólo es una coartada para que las cosas no cambien. Sí se puede cambiar , aislando a los corruptos, y entre todos tenemos que hacerlo.
 


viernes, 4 de enero de 2013

Sic transit...


Busco y no encuentro.

Una vieja casa, la única antigua que queda en el entorno, me sirve de punto de referencia.

Al fin, lo que queda de un lado de la valla de la finca que fue.

Recuerdo el columpio del ciruelo, el primero blanco en primavera; los rosales de mi madre; los pensamientos, las caléndulas y los miosotis de mi padre; las margaritas desbocadas, al lado de la pequeña piscina y el joven sauce llorón, bajo cuyas ramas extendía la silla plegable para leer, como guarecida en una cabaña de un bosque.

Luego, la casa, pequeña, acogedora, siempre esperando ser ampliada al aumentar la familia; el horno, abajo; la chimenea, arriba.

Detrás de la casa , primero el semillero del huerto de los experimentos: el milagro de ver crecer las cosas a pesar de la inexperiencia. Y las uvas de espino que tanto gustaban a mi madre. Luego los frutales. Y al fondo, el nogal.

Nada queda. Una carretera nueva y un complejo de esos que llaman lúdico, a la inglesa.

Poco más de veinte años atrás...

miércoles, 12 de diciembre de 2012

El trabajo es un castigo divino

Algunos trabajos son muy penosos, como la mina o el mar; otros, muy rutinarios y tediosos. Pocas personas trabajan en aquello que les gusta. Son unos privilegiados porque el trabajo les proporciona, además, satisfacción personal. Y eso es extraordinario. Pero por encima de todo, el trabajo es un medio para conseguir la independencia económica, que es la única que de verdad nos hace independientes.
Mucho ha costado la equiparación del trabajo masculino y femenino y solo se ha conseguido , a medias, y desde luego solo en parte del " primer mundo".
Qué trabajo educar a nuestros adolescentes en la igualdad de oportunidades, en denunciar el techo de cristal de las empresas, en la justicia en el hogar...para que ahora vuelvan esas "barbies" recauchutadas, cuyo trabajo fundamental es mirar con arrobo al financiero o deportista de turno.
Otra vez la mujer florero.

lunes, 19 de noviembre de 2012

El cartero



Arrastra su carrito amarillo. El cartero de mi barrio es un hombre entrañable: menudo, vivaracho, con poco pelo y piel muy blanca, un aparatito en su oreja para oír mejor y unas gafitas redondas; y siempre una palabra o una sonrisa amable. Mira y conoce a quien saluda.
Pocas cartas llevan ahora los carteros porque apenas se escriben en papel. Recuerdo las enormes carteras de cuero que llevaban hace años, repletas, colgando del hombro. El cartero se esperaba siempre con cierta impaciencia, con esperanza y, a veces, con temor también.
Por eso, al verlo, me trae a la memoria aquellos otros carteros antiguos, aquellos que en Navidad se pasaban por las casas con su tarjetita, “el cartero le desea Felices Pascuas”, para recibir el pequeño aguinaldo. Ya sabíamos cómo eran los sueldos y en Navidad el corazón se afloja…
No sé si este oficio durará ya mucho; pero mientras, el cartero de mi barrio es capaz, seguramente sin saberlo, de alegrar las mañanas.

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Política

El Sr. Mas, presidente de la Generalitat de Cataluña, ha dicho hoy en Bruselas, ante unas 150 personas, que espera que Europa no le decepcione, que no le “abandone”. O sea, busca la solidaridad de franceses, italianos, alemanes…pero él no hace lo mismo con el resto de los españoles a quienes quiere dar la espalda.
Eso tiene un nombre y es muy feo.

jueves, 1 de noviembre de 2012

León


La primera vez que vi Barcelona desde la atalaya del Mirablau me pareció una ciudad inacabada, sin terminar. Mis ojos estaban acostumbrados a los tejados rojos y buscaban "el final" de las casas que no encontraba por ninguna parte. Me faltaba algo.

Cada vez que vuelvo a León observo los tejados que coronan sus casas, rojos de tejas o de pizarra algunos.

Los árboles, sobre todo los chopos, están ya amarillos, dorados, ocres, rojizos. El otoño avanza aquí más deprisa.

La Catedral, esplendorosa; la torre del Gallo de San Isidoro, reluciente; Botines, la calle Ancha, San Marcos...

¡Los castaños de Indias de mi infancia, en el parque de San Francisco! ¡Qué jardín norteño tan hermoso!

Palabras, paisajes, olores y sabores que vuelven y me llenan de nostalgia de tiempos pasados.