jueves, 21 de junio de 2012

Infancia

Festival infantil de final de curso. El público, entregado:obvio, todos somos familia de los participantes.
Me sorprende siempre el empeño en su trabajo, la concentración, su esfuerzo por complacer a quienes venimos a ver su"obra". Y la mirada inocente, transparente de algunos de ellos.
Por un momento, una isla de sueños.
Faltan años para que esos mismos niños se conviertan, primero, en jueces implacables de sus padres y, más adelante, si hay suerte, en cómplices de sus anhelos.
El calor, a la salida, enfoca de nuevo la realidad.

martes, 5 de junio de 2012

Sicilia


Vuelvo de conocer Sicilia. Casi nada coincide con una idea preconcebida de tierra reseca por su proximidad a África.

 Me impresiona lo trabajada que está la tierra, ni un palmo sin cultivar: olivos, viñedos, cítricos o cereales. Y las flores que revientan de luz y color: buganvillas, adelfas, retama...Desbordante. Y el color del mar: el Tirreno, el Jónico, el Mediterráneo, los tres bellísimos, pero diferentes.

Segesta, Érice, Siracusa, Cefalú, Taormina, Noto...¡cuánta historia, cuánta belleza!

Y la mezcla de sus gentes que se refleja en su fisonomía:  normandos y púnicos, como el Pantocrator de Cefalú.

El paréntesis viajero es bueno para el cuerpo y para el espíritu.

viernes, 18 de mayo de 2012

Incertidumbre

Como el tiempo de primavera, inestable, las noticias de las últimas semanas, casi todas, apuntan a lo mismo: Europa está en quiebra, Europa se hunde. De la noche a la mañana…como una matraca de penitente.
Los comentarios sobre economía copan no sólo las noticias, sino también las tertulias; también las conversaciones privadas de amigos. El vocabulario de los economistas, exclusivo en otros tiempos de pocos, hoy se oye en bares y cafeterías como si fuera el parloteo sobre la última película recomendable.
No existe nada más; o eso parece,  o eso quieren que creamos.
 Este modelo que tenemos de usar y tirar continuamente para poder mantener el tipo de vida que llevamos no tiene sentido. ¿Es necesaria ropa nueva cada temporada o coche nuevo cada dos años? Este es el estereotipo que se vendía para mantener un   sistema que exige producir y consumir en una rueda continua de insatisfacción permanente.
Control de gasto, control de gasto…Sí, pero con un concepto de vida diferente, no como si tuviéramos que “renunciar” a algo, sino  aprender otra manera de vivir, cuyo objetivo no sea la posesión de más y más.
Y el gasto público, escrupulosamente controlado; el de la monarquía también, por supuesto, no esa excepcionalidad que se han sacado de la manga ahora nuestros políticos

jueves, 19 de abril de 2012

Monarquía


La monarquía es una institución heredada del feudalismo de la Edad Media con un componente divino. El rey era el representante de Dios en la Tierra y se era rey "por la gracia de Dios".

A partir de la Declaración de los Derechos del Hombre, no parece compatible la idea de la igualdad de deberes y derechos de las personas con la permanencia de una institución que se rige por el derecho de herencia y que no necesita demostrar su capacidad para ejercer el mandato. Acabamos de ver cómo una dictadura que nos repugna como la de Corea del Norte ejerce el mismo "derecho sucesorio" que la monarquía.

Se aportan razones, en favor de la monarquía en España, como que resultan más caros otros sistemas. No es cierto, porque cualquier institución puede ser regulada por ley, en cuanto a los emolumentos que perciba .Y debe estar obligada a dar cuenta de ellos, ser transparente. Se argumenta también que las Repúblicas españolas fueron de infausta memoria, como si no hubiera habido reyes, y no pocos,  también de infausta memoria. Se sigue diciendo que en un país como el nuestro, con tendencia a los "reinos de taifas", el único vínculo que sostiene nuestras diferencias es la corona. Argumentos todos muy endebles.

Si el Príncipe Felipe, que parece serio y competente, se presentara a unas elecciones, arrasaría. Ése podría ser su futuro.

lunes, 16 de abril de 2012

Naturaleza

Llueve con fuerza. Las gotas estallan en los cristales formando borbotones espesos, como los de la bechamel haciéndose. Relámpagos y truenos en la tormenta y, a lo lejos, un jirón de luz brillante y azul. En un recodo del camino, los campos amarillos de humildes nabos. ¡Qué hermosura! En la vereda, las flores silvestres: azules, blancas, amarillas y, de vez en cuando, amapolas ya, de rojo intenso. Y los olivos, zarandeados por el viento, no muy severo, bañándose con alegría. Más adelante, los manzanos en espaldera, llenos de flores.

Y por fin el mar, siempre el mar. Hace unas horas en calma; luego, las pequeñas crestas de espuma blanca de las olas y el color puro, nítido, de la tramontana; y  otra vez la calma, pero distinta, esta vez con mar de fondo y olas de acero que llenan la bahía y anuncian la lluvia.

 Y una rana verde, minúscula, resplandeciente, como la lluvia.

martes, 10 de abril de 2012

Tiempo

El tiempo se desliza entre los dedos como agua en cestillo. Hay tardes en que cunde y la luz se alarga. Parece, entonces, que  se estira en un espejismo que no acaba. Y con él, a veces, también, la melancolía. Ayuda la rutina a deshacer el hechizo. A menudo, es como si lo contemplara todo en la distancia, a mí misma también, como espectadora de las cosas de otros, ajena al momento concreto, como sobrevolando el escenario de la vida.

martes, 20 de marzo de 2012

1812

Celebraciones arriba y abajo en esta casi primavera. Bombo  y más bombo a costa de la primera Constitución española, más adelantada en algunos aspectos que otras de su tiempo. Efímera, porque el rey la abolió rápidamente y volvió el absolutismo.
La memoria, selectiva, nos hace olvidar que no tenían derecho a voto ni los negros, ni los criollos, ni los que no tuvieran un empleo u oficio conocido, ni las mujeres…todos en el mismo saco de los “inútiles”…aunque sí tenían derecho al voto los analfabetos.
Pues bien, en todos estos días de loas y contemplación, todavía no he oído a nadie hacer referencia a que hace sólo doscientos años, las mujeres no contábamos para nada, al menos para señalar que, al fin, y por supuesto todavía no todo lo deseable, las cosas algo han cambiado para mejor.
 Ni una palabra, ni un recuerdo, ni un lamento.